“Hay alternativas. La crisis y sus soluciones”

Es el título del I Ciclo Charlas-Coloquio organizado por el MCA y el Ayuntamiento

El MCA (Movimiento Ciudadano de Argamasilla) y el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba han organizado en la Casa de Medrano los días 7 y 8, el I Ciclo Charlas-Coloquio, donde bajo el título “Hay alternativas. La crisis y sus soluciones” se ha expuesto y debatido sobre el “Decrecimiento: mejor con menos” y “Sí se puede. Cómo entramos en crisis y cómo salir de ella”.

Estas charlas han nacido ante la necesidad, apreciada por los organizadores, de ofrecer una información diferente a la que los ciudadanos reciben principalmente a través de algunos medios de comunicación de que “sólo se puede hacer lo que se está haciendo”.

El viernes 8 el consultor y miembro de la Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC) Castilla-La Mancha, el economista Rafael Hernández, postulaba recuperar los valores de la austeridad, a los que muchas personas han llegado forzados en la situación económica actual y a través de los cuales se han dado cuenta de que muchas de las cosas que consideraban imprescindibles, en realidad, no lo eran tanto.

Hernández, en primer lugar afirmó que estar a favor del decrecimiento, no quiere decir que estén en contra del crecimiento económico, sino que son acrecentistas. “Un movimiento” que postula la idea de utilizar otros indicativos económicos basados en la realidad social, como pueden ser la salud, la educación o la intervención sobre el ecosistema, entre otros, como puede ser el IDH (Indicativo de Desarrollo Humano), que ya existe, en vez de los actuales (prima de riesgo, PIB) “que son mentira”, al estar basados en el continuo crecimiento a través del consumo compulsivo e innecesario, que se realiza cada vez más lejos del origen de esa materia prima, de fabricación o cultivo en pro de un aumento de los beneficios y a costa, en muchos casos, de la explotación humana y el deterioro del planeta, que en la actualidad es incapaz de regenerar lo que consumimos.

“Entre los que propugnamos estas teorías”, según Hernández, es básica la reducción de la jornada laboral, si todos trabajásemos menos horas aumentaría la productividad y el tiempo libre para dedicarlo a la familia o a los amigos, por lo que la felicidad sería mayor y el IDH aumentaría, además de reducirse el desempleo.
La segunda de las charlas, la ofreció, el sábado día 8, Antonio Sanabria Martín, economista e investigador asociado del Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI), además de miembro Consejo Científico ATTAC España, bajo el título: “Sí se puede. Cómo entramos en crisis y cómo salir de ella”.

Tras una breve descripción de la crisis y como llegamos a ella, Sanabria destacó como uno de los mayores problemas actuales en España el endeudamiento privado, que es casi el doble de la economía española en un sociedad que vive un “socialismo para ricos” en el que los beneficios son para unos pocos y las deudas para todos.

Como ejemplo añadió que desde 1997 las nóminas “en el mejor de los casos se han mantenido”, por lo tanto si han subido los precios y el consumo sólo puede haber sido a través de deuda.

Al igual que otros muchos economistas, también señaló el poder económico del sector financiero “que no aporta nada, son apuestas a que este producto subirá o bajará”, muy alejado de la producción física, y donde la especulación genera a muchas empresas más dinero que su propio negocio, en lo que se ha convertido en “una lucha” entre la renta del trabajo y la del capital.

Así el ponente abogó por una reforma fiscal en la que paguen más los que más ganan, en la lucha contra la economía sumergida y en un cambio de las leyes que afectan a la administración, donde “se impone la dictadura de los grandes acreedores”. “El 70 porciento del fraude fiscal lo hacen las grandes empresas”, señalaba, e indicó que en impuestos directos, éstas, pagan el 10 porciento de sus ingresos, mientras una familia lo hace entre el 25 y el 30 porciento.

Como dato positivo añadió “que no estamos ante un efecto natural que no tiene solución”, tal vez no sea reversible, pero se puede evitar que vaya a peor.
 
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